forte

domingo, 25 de marzo de 2012

Por el miedo a equivocarnos..

¿Puede matar una mirada? ¿Romperse un amor? ¿Alumbrar una sonrisa? ¿Apagarse un beso? ¿Revivir una caricia?
Si es que no,dime entonces por qué hay miradas asesinas, por qué nada dura para siempre, por qué se ve más bella una sonrisa que una lágrima, por qué los besos dejan de tener el mismo sabor cuando ya no es la primera vez, por qué me encontré tan muerta sin tus brazos.
Tengo que confesarte que ya no sé si estoy enamorada. Cuando encuentro tus labios ya no es el mismo calor el que los envuelve. Tus brazos a veces se me quedan pequeños y no me siento tan protegida como cuando antes me sentabas en tus piernas.
Tal vez nos haya vencido la tristeza y no nos salga ni querernos como antes,solo espero que la próxima vez que te encuentre,aunque sea en sueños,me hagas sentir como siempre, ese cosquilleo que me encanta que me envuelva el cuerpo entero y me lo inmovilice, dejando en funcionamiento únicamente mi capacidad de oírte, y amarte cómo loca.
Solo espero que correspondamos los labios,pero más importante aún:los sentimientos.


...terminamos perdiéndolo todo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Primer año

Te escribo hoy porque ni si quiera sé en qué condiciones estaré el domingo... 
Un año. 365 días sin ti. Viviendo cada día con tu ausencia, sabiendo que la única cosa tuya que me quedaba era el recuerdo (más vivo en él) pero aún así recuerdo. Sabiendo que me levantaría cada domingo y no te vería. Celebrando tu cumpleaños sin ti. Brindando con una copa de menos en Navidad. Despidiendo el Año y empezando el nuevo sin ti también. Esperando que tú me llamaras para felicitarme por mis dieciséis años y resignándome al pensar que este año esa llamada no me llegaría.
Me acuerdo de la última vez que te vi como si fuera ayer. Tú sabías cómo me costaba decir te quiero mirando a los ojos y aún así no hubo día en que saliera de aquellas cuatro paredes sin decírtelo, una vez más, mirándote, sabiendo que me oías, que me estabas escuchando. Recuerdo como estabas sumida en esa cama, como si ya formara parte de ti, como si las sábanas hicieran de tu piel durante los últimos días que íbamos a compartir contigo.
También me acuerdo de cuando me enteré. De cómo fue, de cómo mamá me dijo mientras me duchabas que no estabas simplemente resfriada o con las defensas bajas,si no que tenías algo mucho más serio, más difícil de tratar e imposible a esas alturas de combatir y ganar. Recuerdo como caía el agua en mi pelo mezclándose con cada lágrima que me fui tragando para que nadie me oyese llorar, para que nadie supiera cómo me estaba sintiendo al darme cuenta de que te iba a perder.
Luego solo recuerdo como los días se tachaban solos en el calendario y cada hora se hacía más y más cortos con el paso del tiempo. Cómo llegó mi cumpleaños y tú me felicitaste desde el mismo sitio, la cama. Cómo no pudiste levantarte ni incorporarte para darme un abrazo. Cómo me diste mi regalo mirándome a los ojos al verme cumplir los quince. 
Yo sabía que sería el último, sabía que iba a ser la última cosa importante que viviéramos juntas tú y yo, abuela. Tú siempre me dijiste que era muy espabilada y muy lista y yo sabía que a partir de ahí ya quedaba poco.
También recuerdo como al principio todos te sonreíamos cuando conseguías dar un par de pasos por el salón de la mano de mamá o como veías la tele en compañía de alguien y luego dormirte sin más.
¿Sabes que es lo que más me cuesta recordar? Saber que no te volvería a ver. Pensar que no podría contarte esto que me pasa ahora y que tú enfurecieras porque vieras que me estaban intentando hacer daño,a mí, a tu niña.
Yo siempre he luchado porque tú, entre otras personas me demostraste que siempre había motivos por los que hacerlo pero reconozco que desde que tú te fuiste hace un año las cosas han cambiado. Ya no tengo la misma risa, ni la misma mirada. Lloro con total facilidad y nada me parece que tenga lado positivo.
Te echo de menos abuela. Espero que me estés cuidando mucho,como solías hacer siempre. 






Te quiere, tu nieta favorita, Rocío. 

viernes, 9 de marzo de 2012

Colillas

A medida que pasa el tiempo las cosas van cambiando. Las calles más anchas que jamás habías visto ahora se han vuelto estrechas, los sitios más recónditos dónde jamás habías estado ahora te parecen lo más monótono del mundo.
Cada día estás más cansada de pasar por la misma cafetería y cómo el mismo camarero te atiende una mañana tras otra.
No había nada más relajante que sentarte en tu sofá a oír la tranquilidad, disfrutar del silencio. Y ahora, hasta eso se ha esfumado. 
Estás distraída, confusa, perdida. Y lo peor es que empieza a gustarte estarlo.
Sin saber por qué te gustan los cambios, esos que tanto miedo te daban al principio. Te encuentras preparada para ir a otro sitio aunque te pongan la leche un poco más caliente. Te da igual tener que desviarte con tal de poder ver caras nuevas. Estás lista. Ya no te asusta lo nuevo. Te gusta lo nuevo.
Porque a veces, la gente piensa que alguien perdido es alguien que no encuentra su camino. Pero sin embargo, la mayoría de la gente, como yo, se pierde, solo por el placer de poder volver a encontrarse.


"Tu mente es el arma más fuerte de tu cuerpo."
Recuerda que la tienes y úsala siempre

jueves, 1 de marzo de 2012

Music is my soul

Clasifico las canciones en dos grupos: las que me hacen llorar y las que me hacen bailar.
A veces, cuando estoy triste escucho canciones acordes con las emociones que siento en esos momentos. Pero cuando estoy feliz me encanta escuchar el otro bloque de música que guardo en mi carpeta del ordenador.
Me siento bien cuando una canción me hace saltar de la silla y hace que me ponga a bailar como una loca.
Normalmente, cuando escribo, cuando me ducho, cuando hago los deberes (aunque sé que esto no me ayude mucho), cuando hago fotos, antes de dormir... en todos esos momentos, la música forma parte de mí. Porque la música, tal y como yo la veo,la vivo,la siento...es parte de mí.
Si tuviera que elegir la banda sonora de mi vida sería tan larga que debería permanecer despierta una semana o más tanto para elegirla como para escucharla y asegurarme después.
Ahora mismo, no sabría decirte como me encuentro,porque creo que me he perdido. Pero voy a darte una pista de cómo es y va a seguir siendo mi día de hoy:
Ni nada ni nadie va a quitarme la sonrisa.