Dicen los locos -o los que quizá deban ser llamados como cuerdos- que la esperanza es lo último que se pierde, pero yo no lo comparto.
Todos hablan de la esperanza, pero ¿y las ganas? a veces por mucha esperanza que se tenga de presenciar algo que ansiamos, de conseguir eso que llevamos buscando tanto tiempo o de estar con la persona que amamos... las cosas se tuercen y el momento tarda demasiado en llegar. Y nos cansamos.
Porque somos humanos, y nos equivocamos, lloramos, sufrimos, seguimos adelante, nos cansamos a mitad de camino y nos sentamos en mitad del asfalto solo para tomar esa bocanada que a veces tanta falta nos hace. Pero por mucho que sigamos, a veces, a pesar de la esperanza que siempre nos ampara, nos faltan las ganas de levantarnos de ese asfalto. Las ganas de seguir guardando el sitio en el lugar en el que queremos que ese algo suceda, o simplemente nos cansamos de esperar a que esa persona llegue, o a veces, vuelva.
Los cuerdos, locos o como demonios quieran llamarlos, dicen que mientras haya esperanza, lo demás vendrá solo.
Mi pregunta es,
¿vendrás solo o se te habrán acabado las ganas?