forte

martes, 9 de septiembre de 2014

Un mes y un día después

Haces que me transforme.
Aparezco y desaparezco presa del miedo 
que me da perderme tus momentos buenos.

Dan las seis de la mañana. Y aún te oigo respirar.
He estado esperando alguien como yo toda la vida
y no me di cuenta hasta conocerte
que lo que necesitaba era alguien como tú.

He pensado en los aeropuertos. En como reciben y despiden.
En como unen y separan historias que desconozco 
y que posiblemente sean mejor que la nuestra.
Pero no me convencen. No serías  si no fuéramos nosotros.

Dan las siete. Ya te has ido. 
El silbido que se te escapa al fumar aún me retumba,
eres peor que la resaca, 
y amargas más que la cerveza. Y aún así te bebo.

Sigue siendo tú. No pares de ser. Nunca.